domingo, 25 de enero de 2015

3

Estamos casi en abril, por lo que hace bastante frío. Cometí el error de no coger guantes, y ahora tengo los dedos entumecidos. Estoy intentando estudiar, pero me suena el móvil. Es él.
            Hola.
            Holi.
            ¿Qué es eso de ‘‘holi’’?
            Un ‘‘hola’’ más cuqui.
Se me hace muy fácil hablar con él. No lo entiendo.
            Estoy estudiando.
            Oh, lo siento L, te he interrumpido.
            No pasa nada, tampoco es que estuviera muy concentrada.
            ¿Qué estudias?
            Cultura clásica.
            ¿Te gusta?
            No sabes cuánto.
            ¿Eso era sarcasmo?
            No.
            Entonces te dejo estudiar.
            ¡No! Tenemos que jugar al juego, yo también quiero saber cosas de ti.
            Me parece bien.
            ¿Color de pelo?
            Qué original.
Pongo los ojos en  blanco.
            Es lo que me has preguntado tú.
            Por eso lo digo.
            Responde a la pregunta.
            Rubio.
            ¿Ojos?
            Sí, tengo ojos.
Me doy en la cara con la mano.
            Eres anormal.
            Lo sé.
            ¿Puedes hacerme el favor de responder a la pregunta?
            Pero si ya te he respondido.
            Oh, venga ya.
            Vale, vale, verdes.
            ¿Estatura?
            ¿Te das cuenta de que haces preguntas como si estuvieras haciendo un     formulario?
            YO HAGO LAS PREGUNTAS, CÁLLATE.
En dos minutos no responde.
            ¿Hola?
            Hola, qué.
            ¿Por qué no dices nada?
            Me dijiste que me callara L
Me río.
            Mira, esto no está funcionando. Me voy a estudiar cultura clásica,    avísame cuando seas capaz de responder preguntas como una     persona normal, y seguimos jugando.
            Nunca seré una persona normal. Adiós, Cruella de Vil, acuérdate de los    pobres perritos.
            Y tú lee un libro, friki ignorante.
Apago el móvil, le quito el sonido para no desconcentrarme, abro el libro y sigo leyendo.

Ya he estudiado suficiente, creo. Me quedan dos capítulos para terminar Alatriste, pero si me pongo a leer, se me van a mezclar las cosas, así que mejor lo termino luego. Enciendo el reproductor de música y pongo ‘‘The Garden III’’. De repente, suena el teléfono fijo. Bajo y lo cojo.
-¿Sí?
-Hola –es mi madre.
-Oh, hola mamá.
-Sólo llamaba para ver cómo estabas.
-Genial –y una mierda.
-Me alegro. Mañana por la tarde llego a casa, sobre las seis.
-Está bien.
-Rachel, recuerda que si te pasa algo, llama a tu abuela.
-Sí, lo sé.
-Adiós.
-Buenas tardes –cuelgo y vuelvo a mi habitación. Mi madre me ha interrumpido en medio de la canción, que es algo que no soporto, porque tengo que volver a empezar desde el principio o no me quedo tranquila, así que le doy a rebobinar. Enciendo el ordenador y abro Twitter. Me acabo de dar cuenta de que aún no he visto la cuenta de mi… ¿amigo? Supongo que sí. La verdad es que tiene un user muy raro. Lo tecleo, pero salta un mensaje.
            En la vida.
Sonrío. Es él.
            Pues serás un analfabeto para el resto de tu vida.
            Seguramente, ¿qué haces?
            Escuchar música, ¿y tú?
            Lo mismo. ¿Qué escuchas?
            The Garden III
            ¿Eso es una canción o una banda?
            Es una canción.
            Y es de…
Le voy a tomar un poco el pelo.
            ¡¿Cómo?! ¿No sabes cuál es esta canción?
            No.
            Es mi canción favorita L, no me lo puedo creer, me has defraudado.
            ¿Te estás quedando conmigo?
            Sip. ¿Tú que escuchas?
            Si no me dices de quién es tu canción favorita, no te lo digo.
            Es tan fácil como buscarlo en una cosa llamada Internet, que es lo   que estás utilizando ahora mismo.
            Ja, ja, ja, que graciosa.
            No me digas. Dime que escuchas L
            No sé si te va a gustar.
            ¿Y eso que más da? xd.
            AC/DC.
            Es mi banda favorita.
            NO PUEDE SER, Y LA MÍA, SOMOS ALMAS GEMELAS             AAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAH.
            Tranquilo.
            No quiero.
            Pues no me hables K
            No L
            J
            Dime cómo te llamas L
            No J
            Jo L
            Te aguantas.
            Vale.
            Voy a curiosear tu cuenta.
            Eh, espera. Hay algo que se llama privacidad.
            Sí, justo aquí, en Twitter. Adiós chico con user raro.
            No es raro, es original L
            Seguro. Adiós.
            Adiós, te odio L
            Para L de L poner L este L emoticonoL, no L voy L a L cambiar L       de L idea L
Vuelvo a la página principal y tecleo su cuenta. La obsesión con Minecraft es real. No hay fotos suyas.
            Tu cuenta es muy rara.
            ¿Por qué?
            No sé. Vale, es broma, está bien.
            Sí, seguro L
            Era broma xd.
            Me tengo que ir.
            Si me dices que a leer un libro, me harás feliz. Si me dices que a        jugar al Call of duty, me replantearé seriamente nuestra relación de           amistad.
Ya está. Lo he dicho. Somos amigos.
            ¿Y si te digo que voy a estudiar?
            No te creo.
            ¿Por qué?
            Nadie que esté loco estudia un sábado por la tarde, da demasiada    pereza.
            Pero tú has estudiado.
            Quizás es porque estoy loca.
            Claro que lo estás, nadie en su sano juicio mataría dálmatas cachorros.
            ¿Has leído Geronimo Stilton?
            No.
            Ahora, además de friki, eres raro.
            Quizás lo sea.
            ¿Me lo dices en serio?
            Nunca me regalaron ningún libro por mi cumpleaños.
            Todo el mundo ha leído Geronimo Stilton.
            Pues entonces, soy un extraterrestreJ. Adiós, Cruella.
            Chau friki.
Este chico es un extraterrestre.

Pero es mi amigo.

página en blanco

hola. Bueno, hoy os quería hablar de una de las cosas  que más podemos llegar a temer cuando estamos escribiendo una historia nueva: quedarnos sin inspiración. Resulta inquitantemente aterrador, porque intentas solucionarlo, pero te sale fatal y queda muy cutre, porque te saltas dos siglos o algo así -estoy exagerando, bue, siempre he sido una exagerada xd-. Mi consejo: no te rindas. Cuando estoy en la cama, antes de dormirme, me pongo a pensar en escenas. Puede que esas escenas no te sirvan para nada, o te sirvan en ese momento, o después de cincuenta hojas, pero mira, no es malo tener imaginación. También puedes leer. Y no, no te convierte en copiota sacar ideas de lo que lee... ¿crees que los escritores de verdad no lo hacen? Puede que estés dos días, o quizás una semana incapaz de escribir algo, pero lo importante es no estresarse, ¿vale?, en algún momento te va a salir algo y tu historia va a continuar, así que no te agobies.